Para la población en general, el continuo uso de tapabocas ha resultado incomodo, especialmente al no ser una práctica frecuente entre las personas. Se han generado múltiples especulaciones al respecto, como hipoxia o déficit de oxígeno por el uso de tapabocas; incluso se habló de intoxicación por inhalación de CO2.
La Organización Mundial de la Salud realizó algunas aclaraciones al respecto; resalta el hecho de que, a pesar de que el uso de tapabocas puede ser incómodo, no es cierto que genere este tipo de problemas en la salud. Por el contrario, el uso de tapabocas, resulta ser una de las maneras más eficientes de prevenir el contagio de Covid-19.
¿Cómo funciona un tapabocas?
Según el doctor Jaime Barrio, especialista del Consejo Científico del Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM), las mascarillas no bloquean el paso del aire ya que sus materiales permiten que entre el oxígeno y se expulse el dióxido de carbono.
Al realizar actividad deportiva la entrada de aire es limitada, el especialista precisa que el uso de tapabocas en esos casos no es necesario. Es necesario realizar una fase de adaptación por la incomodidad y dificultad al respirar que puede generar el uso de tapabocas, más no afecta el nivel de oxígeno.
“El aire puede circular a través del material de la mascarilla; lo que se filtra son determinadas partículas según el tamaño de los poros”, manifiesta Antonio Blanes, director de Servicios Técnicos del Conejo General de Colegios Farmacéuticos en España. Además, señala que de ser cierto existiría una advertencia seria al respecto.
La falta de costumbre y el uso de tapabocas durante un largo período de tiempo puede elevar la sensación de dificultad respiratoria. A pesar de esto, es necesario continuar con el uso de este elemento de protección, especialmente en lugares de gran concurrencia.
Fuente: EFE
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