Las condiciones para que los niños menores de 5 años padezcan de desnutrición crónica están presentes en varios departamentos de la zona pacífica del país. Así lo dio a conocer un reciente estudio realizado por la Fundación Éxito.
El trabajo llamado índice de Desnutrición Crónica 2020 hace énfasis en los departamentos de Chocó, Nariño y Cauca; según lo indica el estudio, en estas regiones existen los elementos propicios para desarrollar desnutrición.
Para la métrica de este indicador se examinan 12 variables que al combinarse aumentan la probabilidad de desnutrición crónica.
Variables estudiadas
Dentro de los factores evaluados se tuvieron en cuenta principalmente los siguientes:
- Bajo peso al nacer
- Madres adolescentes entre 10 y 19 años
- Madres con educación primaria y secundaria
- Falta de acceso a agua potable
- Mortalidad infantil
De los 1.076 municipios evaluados, el 36% pertenecen a municipios de Nariño y Cauca, ubicados como categoría baja y crítica, según lo señaló Paula Escobar, directora de la Fundación Éxito.
Estas condiciones, sumadas a las dificultades que ha generado la presencia por el Covid-19, podrían empeorar la situación para estos niños, según lo señaló Escobar.
Para el caso de Chocó (con la información disponible) se encontró que el 75% de los municipios se ubican en categoría baja y crítica. Para este caso, es preocupante la falta información de estas variables, ya que no brinda un panorama real de la situación.
En el Valle del Cauca los municipios con mayores riesgos son aquellos que se ubican sobre el litoral pacífico con un elevado grado de alerta. Para el resto de municipios no se encontraron mayores condiciones que enciendan las alarmas.
Entre las conclusiones encontraron que, si un menor de 2 años padece de desnutrición crónica, este podrá reducir su coeficiente intelectual en 14 puntos al llegar a la edad adulta. Además, tendrá 5 años menos de educación y 54% menos de salario en comparación con un niño que no la padeció.
Recomendaciones de los expertos
El llamado es principalmente hacia el acompañamiento en los municipios más críticos a través de políticas de primera infancia, salud, nutrición y seguridad alimentaria. Es necesario además contar con una base de datos para focalizar la atención de los niños y niñas en riesgo.
Algunas de las recomendaciones brindadas por la directora Escobar están encaminadas hacia:
- Proveer servicios básicos de saneamiento como acceso a agua potable.
- Acceso a servicios de salud y educación, especialmente en las zonas rurales.
- Fortalecer las relaciones estatales para financiar los servicios sociales básicos.
- Promover estrategias de prevención y promoción de la salud, con énfasis en atención extramural, telemedicina, entre otras.
- Promover la lactancia materna e implementar programas de alimentación dirigidos a mujeres gestantes y lactantes, además de los menores de primera infancia.
Para la economista Ana Ibáñez, asesora de la Vicepresidencia y Conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el problema debe tratarse con prioridad. Para Ibáñez, es un reto de los gobiernos al invertir en mejores condiciones para el desarrollo de un adecuado capital humano.
El impacto de la desnutrición crónica afecta el desarrollo humano de quienes la padecen. A largo plazo generará un deterioro de las regiones, lo que representa un alto costo que se puede reducir con programas enfocados de manera efectiva.
Fuente: Fundación Éxito
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]