Un país con menores recursos económicos presenta una mayor dificultad para superar el consumo del tabaco. Con esta observación inicia un estudio realizado en Latinoamérica.
En el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), se estima que el 13% de todas las muertes en personas mayores de 35 años se debe al consumo de cigarrillo.
La situación es preocupante, en especial por los efectos adversos del Covid-19 en el sistema respiratorio de quienes se contagian. Según los últimos reportes, los fumadores son una población en alto riesgo si contraen el virus.
Los gobiernos de los diferentes países de Latinoamérica han desarrollado diferentes medidas para reducir el número de muertes por tabaquismo. A través de la prevención se espera alivianar el impacto en el sistema de salud que representan las muertes por este fenómeno.
Algunas cifras para tener en cuenta
Algunos datos revelaron que en países como Colombia y Chile las muertes atribuidas al consumo de cigarrillo en mayores de 35 años son de 15,9% y 18,5% respectivamente. Por otro lado, en México el valor es de 8,4% y en Bolivia es de 9,2%.
Entre las medidas que han adoptado en los últimos años se encuentra el aumento de impuestos, la prohibición de la publicidad o los espacios libres de humo. Sin embargo, para los investigadores del IECS, estas medidas son insuficientes.
Los autores de este estudio, publicado en la revista Nicotine & Tobacco Research, consideran otras acciones que pueden reducir las muertes. Según ellos, es posible usar un empaque neutro, sin logos ni colores, en los próximos años se evitarían 155 mil muertes prematuras.
Para Andrea Alcaraz, autora principal del estudio, se podrían ahorrar US$ 13 mil millones en el sistema de salud por enfermedades asociadas al tabaquismo. Según datos de la OMS, en América Latina se han presentado 500 mil muertes por esta razón, representando un costo de US$ 33 mil millones al sistema de salud.
Con el acuerdo para el Control de Tabaco firmado por 177 países con la OMS, se ha observado una reducción en el consumo de cigarrillo. Entre 1980 y 2015 el uso de tabaco se redujo de 21,4% a 11%, mientras que la cantidad de fumadores pasó a 69,1 millones en América Latina según El Atlas del Tabaco, publicado en 2018.
Se han presentado casos de éxito, como lo es en Uruguay al implementar el empaquetado neutro, pasando de un consumo del 40% en 2006 a 21,6% en 2017. De igual manera, el desafío es cada vez mayor con el aumento en el consumo en jóvenes y mujeres.
En Suriname y Guatemala las tasas de consumo en jóvenes pasó de 13,5% y 7,65 en 1990 a 20,% y 11,2% en 2015, respectivamente. Se logra observar una relación directa entre el consumo de tabaco y el nivel socioeconómico de la población.
Conclusiones del estudio
Según Alcaraz, se observó que las personas con mayores recursos económicos pueden dejar el consumo de tabaco al entender las consecuencias de su consumo. Por otro lado, es más difícil reemplazar el consumo cuando las personas no tiene recursos y opciones para ocupar su tiempo.
Para Luis Carlos Corrêa, médico brasileño, por la contingencia del Covid-19 el consumo de tabaco se reduciría al disminuir los ingresos y por el confinamiento.
Una de las recomendaciones de Alcaraz consiste en reunir datos como la cantidad de muertes, costos y enfermedades con el fin de generar conciencia en la población. Se pretende trabajar no solamente a nivel político sino también directamente con la población para que entienda los riesgos.
Fuente: SciDev.Net
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